Creemos que el deber de cada creyente es adorar a Dios y darle la gloria. Más que un conjunto de palabras, la alabanza a Dios es vivir una vida de obediencia y de santidad y a la vez exaltar, glorificar y honrar su nombre por quien Él es, y lo que él representa para cada uno de nosotros.
Por medio de este ministerio la iglesia es ministrada a la adoración a nuestro Dios con el único propósito que Dios sea glorificado y la Iglesia sea edificada.
Juan 4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Powered By CastilloPrint Diseñada por Miguel Castillo ©2017 All Rights Reserved